** De acuerdo con el doctor Juan Carlos Rupérez, especialista en cirugía general y oncológica del Hospital de Clínicas Caracas, 6 de cada 10 venezolanos, fundamentalmente personas jóvenes, están infectados por algún tipo de vph, así que odontólogos, otorrinolaringólogos e internistas deben estar alertas
Comunicaciones HCC.- Las cepas más agresivas del virus de papiloma humano (vph) podrían estar implicadas en la aparición del cáncer de la cavidad oral, por lo que es muy importante que se indique biopsia ante cualquier lesión dolorosa en boca o lengua, ulcerada, crónica que dure más de tres semanas y produzca halitosis, dificultad para tragar, o ronquera.
El doctor Juan Carlos Rupérez, especialista en cirugía general y oncológica del Hospital de Clínicas Caracas, explica que el vph tiene más de 200 serotipos que han sido diferenciados como de bajo o alto riesgo para producir cáncer. “El común de la gente conoce el vph como cadillos y verrugas, que suelen ser la respuesta de la piel o las mucosas a la infección de cepas de bajo riesgo”.
-La transmisión del virus suele ocurrir por contacto de piel, de mucosas o sexual. De hecho muchas veces se presenta como una infección de trasmisión sexual. En Venezuela tiene una prevalencia del 60%, es decir que 6 de cada 10 personas estarán infectados por algún tipo de vph, fundamentalmente personas jóvenes-indica.
Explica el doctor Rupérez que en general el sistema inmunológico logra controlar al virus, pero que cuando la infección ocurre por los serotipos 16 y 18, los más vinculados con el cáncer, la situación puede ser distinta: “son virus oncológicamente agresivos y pueden ser catalizadores de mutaciones. Se ha determinado que son los de mayor impacto para el cáncer de cuello uterino”.
Resalta el especialista que el vph puede estar en boca, lengua y faringe e incluso en vías respiratorias. Cuando la infección es producto de un virus de alto riesgo puede provocar cáncer de la cavidad oral, que suele ser agresivo y de mal pronóstico.
-Hemos encontrado que hay una alta presencia de vph en personas con cáncer de cavidad oral. Anteriormente se vinculaba este tipo de cáncer con fumar, beber, o tener malos hábitos dentales, pero hemos detectado que el virus podría ser el responsable en los casos de personas jóvenes con cáncer de la cavidad oral pero sin estos factores de riesgo-asegura el cirujano.
Recalca que si bien no puedes ir a un laboratorio común y solicitar un simple examen para detectar vph, la biopsia permite ver al microscopio cambios celulares sugerentes del virus cuya presencia luego se comprobará cuando se analice el material genético, en estudios altamente especializados. “Cualquier lesión dolorosa, ulcerada, en boca o lengua, que dure más de tres semanas y produzca halitosis o dificultad para tragar, o una disfonía que tarde más de tres semanas debería ser sometida a biopsia. De esta manera se podría detectar el carcinoma y tratar precozmente. Es necesario que el personal odontológico al igual que otorrinolaringólogos e internistas sospechen de vph y se mantengan alertas. Pensar en la enfermedad es la base de cualquier diagnóstico. Lamentablemente encontramos pacientes a los que no se les ha hecho la biopsia a tiempo”.
El doctor Rupérez destaca que en cualquier caso el tratamiento de la cavidad oral es de alto impacto porque debe ser radical y agresivo. Puede implicar cirugía, radioterapia, quimioterapia e inmunoterapia. Generalmente se hace una primera extracción y biopsia para verificar que no se disemine al área linfática. El tratamiento requiere manejo cuidadoso por parte de un equipo multidisciplinario.
Insiste el especialista en que evitar la infección es crucial: “una vez en el cuerpo, el vph no se cura sino que se mantiene latente y se expresa por el estado inmunológico del individuo. Por eso las personas que viven con el virus requieren una revisión semestral. No todos los infectados reaccionan igual así que no se debe entrar en pánico ni permitir que el virus limite nuestra vida, pero sí es preciso actuar responsablemente para vivir con plenitud. El vph llegó para quedarse y hay que tenerlo muy presente”.
Con respecto a la prevención, recomienda hacer énfasis en la educación sexual y en la vacunación, especialmente en niñas de entre 8 y 9 años para protegerlas de las cepas más agresivas: “las vacunas tienen un papel profiláctico, no terapéutico, es decir, no curan infecciones existentes pero pueden prevenir nuevas infecciones. Hay dos vacunas contra estas cepas que han sido aprobadas por la FDA en Estados Unidos. Paradójicamente, aunque se ha comprobado que protegen contra nuevas infecciones aquí no han sido aprobadas, de forma que nuestra población juvenil está altamente expuesta”.
Fuente: Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (USA)